domingo, 16 de marzo de 2008

Terrorismos

Un individuo puede decir que le duele la barriga, pero el médico tendrá que hablar de peritonitis o de ulcera gástrica, porque si no los distingue no los puede curar.

De la misma manera, el profesional que nos debe proteger del terrorismo debe tener muy claro que la violencia de los barbudos islamistas y la de ETA no se pueden tratar igual.

La gente de la calle lo puede llamar terrorismo a secas, y los políticos pueden usar esa palabra para excitar irracionalmente a sus votantes, pero por lo menos tienen que demostrar que saben distinguir entre una cosa y otra.

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